Un rancho histórico—Colonizando Baja—Colonias fallidas—¡Revolución!—Bertie y Salve—Huéspedes poco comunes, antes y ahora—El perfil de un colector—Coleópteros poco comunes—En el Arroyo con Lamb y Borell—Yerba Santa—Una cosecha mágica—Lepidópteros—Mi entrevista con el toro—El botín herpetológico de James—Encajando—El paraíso de un ornitólogo—Haciendo un ambiente—El Rancho Meling y la conservación—Convocando búhos

Junio 2, 2017, 6 am, Rancho Meling

Nos levantamos temprano examinando el libro que Christian nos regaló, Donde nunca murió el viejo oeste, la historia del Rancho Meling. Pretende ser una historia oral, contada a través de entrevistas con la matriarca de la familia Meling Alberta (“Bertie”) Meling (1886-1979), junto con miembros de la familia Ailes, una de las familias originales que erigió la colonia Colnett en donde los Meling comenzaron en Baja en 1886. El libro se publicó en 2006, pero es una reimpresión de un trabajo de 1968-fecha no incluida en esta edición: tuve que reconstruirla con base en la edad de Bertie, 81, al momento de la entrevista de acuerdo al prefacio, y una rápida confirmación en eBay, en donde la primera edición está siendo subastada.

Sanford, Viejo oeste.
Sanford, Viejo oeste.

La ausencia de una fecha de publicación original le da al libro una calidad eterna, la misma que el libro pretende promover sobre el rancho, como una historia fuera del tiempo sobre un lugar fuera de tiempo. El libro teje una historia romántica de los inicios coloniales del Rancho bajo la concesión de tierras mexicanas en el siglo diecinueve, a su creciente fortuna como colonia minera, a su aniquilación durante la Revolución Mexicana de 1910-11 y finalmente su resurrección como un rancho turístico y en algún momento estación de paso para científicos (Lamb hizo muchas paradas aquí y de hecho fue un importante sitio de campo por sí mismo; en 1925 regresó con Grinnell-el único viaje que hicieron juntos).

Cae dentro de la categoría de mucha de la historiografía popular de Baja, cuyos títulos (como Leyendas de Baja, Baja, tierra de Misiones, Soñando con Baja: Historias de Otro Tiempo, etc.) revelan la inversión en la idea de Baja como un artefacto del “viejo oeste”, como una tierra de cuentos y aventuras donde se puede escapar a tiempos más simples. Como aquellos, el libro de Sanford cuenta de manera cruda desde una perspectiva colonial, celebrando a los aventureros blancos, emprendedores, laboriosos, pioneros y colonos que ayudaron a fundar el legado de Meling, en un paisaje en el que los mexicanos interpretan el papel de funcionarios corruptos, bandidos, merodeadores y falsos revolucionarios, mientras que los indios desempeñan papeles menores ya sea como salvajes antagonistas a la emigración pionera hacia el oeste, o como fuente de trabajo infantil, silencioso y sin quejas.

Los Meling adquirieron el Rancho en 1910, pero la historia comienza veinticinco años antes con la creación de la Colonia Colnett, una aventura colonial de un conglomerado terrateniente internacional llamado, de manera bastante inespecífica y sospechosa, la Compañía Internacional de México. En 1886 el “Presidente de México Porfirio Díaz concedió más de un millón de hectáreas de tierra al sur de Ensenada” (Sanford 4) a esta compañía. Estas corporaciones eran comúnmente americanas, a veces inglesas, con propiedades de “tamaños enormes” (Nelson 9). Las concesiones por sí mismas operaban mucho tal como lo hacían en el norte: Al dar tierras esencialmente gratis, el gobierno promovía el desarrollo privado para así poder descubrir nuevos recursos naturales y poder incrementar la percepción de impuestos.

La Compañía Internacional tenía su propia agenda. Vendió grandes partes de su terreno bajo la subvención de norteamericanos-un término general para “Yankees”, Alemanes, Suecos, e Ingleses-en un tipo de conspiración colonial para comenzar una colonia lo suficientemente grande para que pudiese “votar a Baja California fuera de México hacia una más progresista Alta California en el norte” (29).

La Colonia Colnett atrajo a inmigrantes emprendedores con promesas de recursos, amplias extensiones- y tierras de cultivo, y clima. Uno de ellos era Harry Johnson, padre de Bertie Meling, un inmigrante Danés (nacido Jenssen) quien emigró hacia Boston en 1863, y de ahí a Mendocino (vía Panamá-la ruta más rápida disponible en ese momento-en un barco de vapor atacado por el cólera) en donde aprendió minería de placer y de roca dura. Eventualmente, se movió a Texas donde conoció y se casó con Ella Prather, la abuela de Bertie.

Para 1888, Johnson anhelaba volver a California, “la fuente del oro”, sólo para encontrar que para entonces, la mayoría de los terrenos ya pertenecía a grandes compañías, los beneficiarios definitivos de los programas de concesión de tierras de los E.U. como la Ley de Asentamientos Rurales de 1862.Estancado en los E.U., Johnson puso su mirada en oportunidades más hacia el sur, después de enterarse de oportunidades de terrenos baratos en la Baja California, cerca de la colonia Colnett en Ensenada. Harry fue primero a comprar 2,000 hectáreas a lo largo de la costa. Después fue Ella, en un viaje desgarrador que duró 5 meses durante el cual ella y su grupo fueron acosados por Apaches, casi mueren de hambre en Nuevo México, y se quedaron sin agua cerca de Salton Sink (que en ese momento todavía era un “pantano alcalino”, el remanente de un antiguo lecho marino, previo a la desviación accidental del río Colorado que resucitó el mar de Salton en 1905).

Ella llegó a San Diego en 1889, lista para vivir con sesenta de sus mejores vacas y su vestimenta para hacer quesos. Desde ahí, se dirigió hacia el sur a San Antonio del Mar, el nombre de su nuevo rancho cerca de Colnett. La historia de Sanford celebra a Ella como una de las muchas mujeres americanas autosuficiente y con recursos, que ayudaron a establecer el legado Meling en Baja. Ella es una figura mitológica dibujada directamente del Destino Manifiesto. Como hija de una familia de “holandeses de Pensilvania e ingleses autosuficientes”, Ella era “tan independiente como ellos”. Una cristiana devota, heredó la inclinación familiar por la “moral limpia” y el “trabajo duro”. (La propia madre de Ella había atendido soldados estadounidenses en El Álamo).

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Pero la existencia simple de los colonos fue interrumpida por los políticos y la sequía. Los Johnson llegaron justo cuando las relaciones entre la Compañía Internacional y el gobierno mexicano se estaban deteriorando. El gobierno, provocado quizás por la agenda de la compañía para ayudar a los E. E. U. U anexar la Naja California, revocó la concesión y se la otorgó a un sindicato inglés, lo que provocó una guerra de mercado entre los E. E. U. U. y México. Los colonos, cuyos mercados de carne y granos habían sido subsidiados por un acuerdo de mercado libre entre el gobierno de E. U. y México, ahora se encontraban frente a altas tarifas impuestas por E. U. e impuestos ilegales aplicados por el gobierno mexicano. Incapaces de recuperar los costos de sus bienes, o para proteger sus activos de los Federalistas (agentes del gobierno) y de los ladrones de ganado, muchos colonos se fueron con poco más de lo que podían cargar en sus botes que los llevaban a buques de vapor para que los llevaran de vuelta al norte.

Muchos de los colonos que permanecieron fueron acabados por una sequía en 1890, cuando los cultivos fallaron y “toda la esperanza” de las aspiraciones coloniales desfalleció. El fracaso de la Compañía-y del Sindicato que la reemplazó-era común: Como dijo Edward Nelson en 1905, casi todos los intentos “para colonizar varias partes de la península, principalmente de E. U. [fueron] fracasos completos” (9).

De los pocos colonos que permanecieron fueron los Johnson, Harry y Ella. En Antonio del Mar, habían logrado cultivar y criar felizmente, evidentemente sin ser afectados por las inestabilidades políticas que plagaban a sus vecinos de Colnett. Pero la sequía de 1890 amenazó a su ganado: necesitaban encontrar pastizales a mayores alturas para que su ganado pastara en los meses calientes de verano. Los Vaqueros los llevaron a Vallecitos, La Grulla, y La Encantada, los pantanos de la montaña donde se encontraba agua todo el año y en donde los rancheros habían mantenido a su ganado pastando desde que los primeros sacerdotes Dominicos llegaron en el siglo dieciocho (Minnich 647). Y ya que los cultivos se veían limitados por el agua, Harry Johnson comenzó a poner sus habilidades de minería en marcha, aprovechándose de una pequeña fiebre del oro en Baja en aquél tiempo para comenzar una operación de minería de placer en el Arroyo Socorro, a unas pocas millas al este de donde se encuentra ahora el Rancho Meling.

Fue la mina la que salvó a los Johnson del destino común de los norteamericanos en Baja. Como la historia de colonias y compañías fallidas atestigua, el éxito de los Johnson es anómalo. La mina Socorro fue uno de los pocos sitios de extracción que triunfaron en la Sierra, lo que le aseguró a la familia Johnson una fortuna, y les permitió aclimatarse durante las duras sequías que habían ahuyentado a la mayoría de los intereses económicos de la región.

En el tiempo de los Johnson, el Rancho Meling se llamaba San José porque está asentado en el Valle de San José. Y debió significar un verdadero oasis para los viajeros que pasaban a través de esta región seca e inhóspita. El Rancho era una estación de paso común para los Johnson, entre sus propiedades en la costa de San Antonio del Mar y sus operaciones mineras y pastoriles en las praderas de Socorro. Por ello, tenía sentido traer San José a la familia como parte de sus negocios en Sierra. La hija de los Johnson, Josie y su esposo Liss Waldripp compraron el Rancho en 1910 de Carmen Mandriguez, una descendiente de los primeros cesionarios de la tierra del gobierno mexicano.

Los Johnson trabajaron en el rancho y la mina hasta 1911, cuando los insurrectos que peleaban bajo la bandera de la Revolución Mexicana comenzaron a robar ganado y quemaron ranchos de los norteamericanos de la región. Los Johnson se quedaron en San José para proteger su propiedad, pero eventualmente huyeron a Ensenada después de que Harry murió de neumonía: había sido alcanzado por una gran tormenta mientras empacaba equipo minero para San Diego. Cuando Ella y sus hijos regresaron a San José, encontraron el rancho saqueado y quemado hasta los muros de adobe. Reconstruyeron en 1913 con la ayuda de Salve Meling, un noruego que llegó en 1908 y quién se casó con Bertie. Meling administró el rancho cuando Lamb y Grinnell se hospedaron aquí: él era un “ganadero muy experimentado y confiable”, de acuerdo a Grinnell (9/28/1925 FN 2552-53).

Para ese entonces, la mina Socorro había sido abandonada y las fortunas de los Meling estaban basadas en el ganado y en los lácteos. Entre 1924 y 1949, el rancho prosperó, pero una sequía prolongada y severa entre 1949 y 1963 redujo las cabezas de ganado de unos cuantos miles a algunos cientos o cercano a cincuenta. Entre 1963 y 1979, Bertie salvó el rancho al transformarlo en un rancho que recibía exploradores, montañistas, cazadores, y turistas, y por tanto comenzando su fase final como parte de la industria de recreación de la Sierra.

Después de que Bertie murió en 1979, su hija Aida (1915-1998) se convirtió en dueña del rancho. Aida, quien colectaba lagartijas para Grinnell en 1925, administró el Rancho durante 40 años. La hija de Aida, Duane Barre comenzó a administrarlo en el año 2000, y Christian, nuestro anfitrión, compró el Rancho en 2007 aproximadamente y desde entonces lo ha operado.

La colorida y romántica historia de Donde nunca murió el viejo oeste apela a la clientela europea y norteamericana de Christian en búsqueda de algún vestigio de la experiencia del oeste que no se puede encontrar en la Alta California. Crea al rancho como un artefacto sacado de la circulación histórica en un paisaje que funciona como museo. Pero esta función oscurece lo que el libro pudo haber sido la intención del libro: un argumento político a favor-si no anexión tal cual-entonces las raíces de Baja en la perseverancia colonial americana, firmeza moral, ingenio y autosuficiencia.

Esta historia, que nos encuentra en nuestro primer día completo (literalmente puesta en nuestras manos al momento en que llegamos), probablemente permite que Christian cobre en precios similares a los de E.U. en un mercado mexicano y probablemente es material para la continua prosperidad del Rancho. Pero la historia también ofrece reivindicar nuestra experiencia de este paisaje. El libro de regalo de Christian llega como un evento, un dispositivo para moverse a lo largo de la trama en la historia de un paisaje, y no podría haberse escrito mejor. Que haya llegado como un prefacio a nuestra expedición, aparentemente libre y espontánea exigiendo nuestra humildad (“Qué, no aceptan regalos?”), Lo hace aún más literal.

Habrá otras historias, como descubriremos, que competirán por la interpretación de la Sierra; y este diario es, por supuesto, una de ellas.

Junio 2, 7 am, Desayuno, Rancho Meling

Christian acarrea la tradición familiar de la hospitalidad. El desayuna y cena con nosotros y responde cada una de nuestras preguntas. Durante el desayuno con Christian, John, y James, aprendo un poco más de James. James creció en Rochester, Nueva York, en donde aprendió a cazar y pescar con su padre. Se mudó a Alaska para cursar la universidad en dónde siempre le interesó la caza de aves, lo que lo llevó a un trabajo colectando y preparando aves para el Museo del Norte de la Universidad de Alaska. Antes de que John atrajera a James hacia Los Ángeles para tomar un puesto como Administrador de Colecciones del Laboratorio Moore, James vivió en Wyoming, trabajando como administrador de colecciones para otro museo ahí, en donde cazó urogallos y liebres. Christian expresa algo de sorpresa que un a científico de aves le guste la caza, pero John explica que los museos tienden a estar en la intersección entre la caza y la colecta y tienden a atraer a algunos grupos de científicos, los del tipo cazador. James ejemplifica a este tipo.

Conversamos brevemente con Rolando, nuestro guía para el viaje de mañana a La Grulla. Sólo en español. Él es alto, del estilo de vaquero robusto, en sus sesentas, con brazos como ramas de árbol tatuados por años de exposición al sol, un impresionante bigote gris y ojos pequeños, amigables y radiantes. Acordamos encontrarnos con él en Vallecitos, el comienzo del sendero a La Grulla, en donde empacará nuestro equipo y nos guiará hasta el prado.

Junio 2, 9 am, Rancho Meling

Después del desayuno, comenzamos nuestra “naturalización” del día-esto es, tomar fotos de todo lo que cruce nuestros caminos. Alrededor de la cabaña principal, cerca de un enrome nogal lleno de tiranos anidando, James ve un gran insecto parecido a una semilla, el escarabajo sandía, que emite un silbido gaseoso cunado trato de empujarlo un poco para tomarle una foto. Un poco más lejos de ahí, hacia el sur, entre los matorrales de salvia, veo un par de liebres cola negra, animales asustadizos con orejas largas que brillan de color rosa bajo el sol de la mañana.

Escarabajo sandía
Escarabajo sandía
Liebres cola negra
Liebres cola negra

Partimos en diferentes direcciones y nos damos cuenta del por qué el lugar ha sido constantemente visitado. Se encuentra en un valle amplio y fértil a 500 m, con manchas de montes de granito y, más allá, rodeado de un bosque de juníperos. Algunas veces, es lo suficientemente alto como para recibir nieve en invierno y exhibir una variedad de ambientes, incluyendo matorrales, trigo sarraceno y cactus, así como un arroyo delineado por sauces-El Río San Telmo-al este del rancho que corre de norte a sur. La sección norte de este arroyo solía ser un huerto, pero ha vuelto a ser un bosque de llanura pluvial, lleno de sauces, alisos, sicomoros y grandes extensiones de yerba santa. Hacia el sur, el arroyo se acumula en un pequeño estanque pantanoso con vegetación. Más allá del arroyo, hacia el este, se encuentra el pastizal, interrumpido por colinas de granito cubiertas de trigo sarraceno y una variedad de cactus. Más allá del pastizal, una pista de aterrizaje.

I choose the north section of the Arroyo for my walk. Lamb y Borell atraparon y dispararon a lo largo de este arroyo: literalmente estamos sobre sus pisadas y tenemos sus mapas dibujados a mano para comprobarlo. Probablemente he cruzado la trampa de mamíferos de Borell una docena de veces.

El estanque de Christian
El estanque de Christian

Primero asciendo una colina baja para echar un vistazo de los cactus: mayoritariamente choya diamante y una especie de cactus de peyote, cactus cochemia, que portan flores amarillas y albergan una especie de abeja pequeña que trabaja arduamente sobre las anteras. En mi camino de descenso observo otra especie distintiva de mariposa “Azul”, una Sylvan Hairstreak. Esta especie de azul no es destacada, tiene unas cuantas manchas en una línea en la parte dorsal y ventral de las alas, a excepción de una mancha naranja en la parte trasera del ala y una “cola”, ambas fácilmente perdibles. Esta especie es común en California, pero esta observación parece ser la primera en iNaturalist en México. Así mismo, para la Azul de Bernardino (Euphilotes bernardino), un miembro mucho más notable del miembro de la familia de las azules con cinco manchas cuadradas naranjas en la parte inferior del ala. Al igual que muchas azules, estas especies se guarecen sauces y se alimentan del trigo sarraceno que florece permanentemente.

Casa del Rancho Meling
Casa del Rancho Meling
Azul de Bernardino
Azul de Bernardino
Yerba Santa de hoja estrecha
Yerba Santa de hoja estrecha

Ya en la parte baja, me encuentro en el bosque ripario de sauces y Yerba Santa de hoja estrecha. La Yerba Santa es común sobre los 2000 pies en el sur de California y de Arizona, que son los equivalentes más cercanos del norte de Baja, pero nunca he visto a esta especie en California. Las hojas son estrechas y brillantes, pero igualmente son característicamente pegajosas y aromáticas como las variedades anchas y llenas de tricomas con las cuales estoy más familiarizado. ¿Quizás la hoja estrecha es una adaptación climática para una planta que ya está adapatada-a las secas? Sus hojas tienen una sola vena, son lanceoladas, y las flores son pequeñas, con forma de estrella, y blancas. Puedes masticar las hojas: recuerdan a la goma de mascar de menta y se dice que evitan la sed, lo que parece ser útil aquí.

Reina estriada.
Reina estriada.

Más adentro en el bosque, bajo el dosel, asusto un grupo de 6 o 7 mariposas reina estriada que estaban reunidas a nivel del suelo en un heliotropo alcalino: una planta con hojas verdes ovadas y gruesas con tres inflorescencias que se despliegan de una flor blanca-violeta parecida a una estrella. Así como otras especies de Danaus, las monarcas, estas reinas estriadas se hospedan en algodoncillo y se pueden encontrar en una gran variedad de ambientes en el sur de los E.E.U.U, por lo que quizás los que se alimentan del heliotropo son machos. Esta criatura parece diáfana en el aire, como papel crepé flotando e iluminado por el sol. Sus alas superiores son de color marrón-anaranjado con márgenes negros y manchas blancas tanto en las alas delanteras como en las traseras, así como en todo el cuerpo del insecto, dando la impresión de tener un disfraz de lunares. La parte inferior de las alas está “estriada” (alineada) con venas negras.

También se pueden encontrar campos densos de Yerba Mansa-una planta parecida a la lechuga en la familia de “cola de lagartija”, compuesta de muchas hojas triangulares, suavemente aserradas, con “flores” de 4 o 5 pétalos (brácteas) que se disponen en un “pico” cónico o un cono de muchas flores pequeñas y densas. Esta planta tiene muchos usos medicinales, y sus hojas pueden ser masticadas. Es indicativa de un suelo alcalino (salado), y sólo crece en las partes más húmedas del arroyo. Su distribución se concentra en el suroeste, California, Arizona, Nuevo México, y Texas, en donde puede ser cultivada por curanderos y curanderas que se refieren a ella como yerba del manso. Al ver esta planta no puedo evitar recordar al joven Antonio, en la película Bless Me, Ultima, quien camina con la curandera Ultima para colectar esta “cosecha mágica”.

En el punto más bajo y más húmedo del arroyo hay un arenal amplio lleno de Azules y Junonias. Observo algunas criaturas curiosas ahí, incluyendo libélulas como la libélula rayadora flameada, o la pequeña pero vibrante libélula cardenal, la bailarina azul de California, así como una especie de escarabajo perforador de madera de un color metálico incrustado elegantemente con un filamento dorado.

Me llaman desde el rancho por medio de la campana del almuerzo (las campanadas para anunciar los alimentos son una convención encantadora del rancho), pero no antes de tener un encuentro incómodo con uno de los toros blancos de Christian, quien me observa con cautela y hace algunos ruidos-si son por miedo o como agresión, no lo sé y no me importa saberlo. Al no tener un lugar confiable para escalar o esconderme, le doy a la criatura un amplio espacio y me retiro a unos sauces durante un par de minutos. Cuando me atrevo a salir de nuevo, él se ha ido, y afortunadamente ha concluido mi entrevista con el toro.

Junio 2, 1 pm, Salón principal del Rancho Meling

En el almuerzo, todos están emocionados de compartir sus observaciones. James tiene las historias más exóticas, habiendo observado un conjunto de lagartijas endémicas: la lagartija escamosa de granito, el huico garganta anaranjada, la lagartija leopardo de Cope, la lagartija escamosa de Baja, y-la observación ganadora de la mañana-la lagartija arbolera de cola larga.

Lagartija arbolera de cola larga
Lagartija arbolera de cola larga
Lagartija escamosa de Baja
Lagartija escamosa de Baja
Lagartija leopardo de Cope
Lagartija leopardo de Cope
Lagartija escamosa de granito
Lagartija escamosa de granito

James realmente es un naturalista experto, una inspiración. Constantemente se le puede encontrar investigando, leyendo y releyendo notas viejas, y siempre parece estar asombrosamente consciente de lo que deberías de estar buscando en cualquier ubicación-habiendo preparado y memorizado todo previo al viaje. John conoce el valor de su equipo y se comporta a la altura: esta mañana él y Whitney se ofrecieron como voluntarios para el tedioso trabajo de empacar la comida para La Grulla simplemente para darle a James la oportunidad de explorar el rancho y hacer lo que mejor sabe hacer.

Estoy comenzando a aprender el lema del grupo: “¡snap to it!” significa tomar una foto-una especie de jerga Cockney derivada de “¡Snap into a Slim Jim!” Esto se grita en campo con cierta emoción cuando se presenta una oportunidad. A veces, sólo se abrevia a “¡snap it!” y en ocasiones se convierte en interrogante: “¿Obtuviste buenas snaps?” “Teaming” es un gerundio del verbo “to team”, como en, “estamos haciendo equipo” cuando colaboramos en el campo para obtener buenas fotos. El argot es divertido, pero también revela una división de trabajo importante durante la expedición. Por ejemplo, Devon no “captura”: utiliza “bins” (binoculares) para observar un ave, y después nos agrupamos para poder capturarla en una imagen.

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Junio 2, 4 pm, El Rancho Meling

Hace calor después del almuerzo, en los 90s y bajo un sol implacable, así que nos quedamos en el rancho hasta las 4, cuando salimos de nuevo para explorar el arroyo, esta vez nos dirigimos hacia el sur buscando algunas aves que nos faltan de la lista de Lamb. Esta es una caminata naturalista increíble junto al arroyo de Lamb y Borell: “un arroyo ahogado por sauces y capturado por una pendiente de 15’ al este, que eventualmente da paso a un depósito arenoso lleno de juncos y aves de pantano como el Chorlo Tildío, que no había sido visto aquí durante el tiempo de Lamb.

San José ha sido un paraíso de ornitólogos. La lista de aves observadas por Lamb es larga. En 1925, entre los dos, Lamb y Grinnell anotaron 45 especies distintas. Ahora las especies más comunes del arroyo son el Jilguerito Dominico, el Capulinero Negro, el Víreo de Bell, el Pinzón Mexicano, y la Perlita Azulgris. Cerca del rancho encontramos Gorriones Domésticos, Tordo Ojo Amarillo, Paloma de Collar Turca. Hay una familia de Tiranos-aves pequeñas (6’’) con un vientre amarillo-verdoso-en el árbol de nuez pecana que está en mitad del rancho. (Hay una disputa entre James y Devon sobre si son Tiranos Chibiú o Tiranos Pálidos. James sospecha que son un híbrido, lo que significa que de ningún modo podré tener esta identificación correcta.). Los carpinteros aquí, dice John, son lo bueno, tanto el Carpintero Californiano como el Pico Mexicano. Incluso pudimos observar algunas interacciones agonísticas entre los machos de ambos tipos.

Carpintero Mexicano
Carpintero Mexicano
Tirano
Tirano
Codorniz Californiana
Codorniz Californiana

Alejándonos más hacia el sur en nuestra caminata, nos aproximamos a las colinas de cactus y trigo sarraceno, sus rocas que esconden abundantes lagartijas y Codornices Californianas. Parecen comportarse como pequeñas colonias de mamíferos, como ardillas terrestres, con centinelas en puestos de vigilancia rocosos. Espantamos familias enteras. (Lamb estimaba espantar a cerca de 400 de ellas en una sola de sus salidas.) Estas aves anuncian su retirada con un sonido estruendoso diseñado tal vez para espantar y confundir al depredador o al naturalista.

También logramos observar a un par de Cuitlacoches Californianos, algunos Tordos Sargentos y un Cernícalo Américano. Las únicas especies que Lamb registró y que no hemos podido observar son el Saltapared Común y al Tecolote del Oeste pero con las especies de aves de los pantanos ahora hemos registrado más diversidad que ellos.

Camaleón de la Isla de Cedros.
Camaleón de la Isla de Cedros.

James avista una especie rara, endémica de Baja, al Camaleón de la Isla de Cedros y lo levanta con sus manos-un animal casi plano y casi invisible en la arena, a excepción de que su deslizamiento lo delató. Parece haber sido transportado de un mundo miniatura de dragones fantásticos: escamas delicadamente aserradas, y una cabeza con un casco espinoso que destella como si fuese metal en el sol de la tarde. Su apariencia armada es desmentida por una disposición gentil: el animal permanece pacientemente (o tal vez en un terror silencioso) mientras nos lo pasamos y nos maravillamos antes de soltarlo nuevamente en su refugio arenoso.

Junio 2, 6 pm, El Rancho Meling, salón principal

Durante la cena, Christian nos cuenta más del estanque que vimos, evidencia de sus aspiraciones a tener truchas. El comenzó con ese proyecto hace dos años, con la intención de llenarla de truchas arcoíris, que son endémicas al Río Santo Domingo y que tenemos intención de visitar después durante nuestro viaje, y que ha sido utilizada para poblar otros ríos y arroyos en las montañas. El pantano es bastante grande, y es producido por la captura de agua entre enormes bermas de tierra. Christian toma el proyecto con calma. Mientras tanto, las ranas han ido colonizando el lugar. Los científicos que vienen a estudiarlas han tratado de convencerlo de que no traiga a las truchas, que se comerán los huevos de las ranas y a los renacuajos. Y a pesar de que las ranas no atraen a los huéspedes-a excepción de algunos científicos-parece haber cedido en un punto, y dice que puede hacer un estanque para ranas además de su arroyo de truchas.

Es bastante interesante que la creación de ambientes como este, puedan atraer animales a una región árida. Este estanque es la fuente de los Tordos Sargento que hemos estado observando. Así como de Mascaritas y de Chorlos Tildíos. Pero, ¿De dónde vienen estas aves? ¿Y las ranas?

La presencia de estos animales en el Rancho puede mostrar la importancia que tienen ranchos privados en la conservación y la administración de tierras. La tierra en su mayoría está intacta, ha sido continuamente operada y siendo propiedad de una familia, y poco ha cambiado desde 1910. Ha preservado ambientes y especies bajo su sombra, un testimonio de la administración de la familia Meling que se remonta a la época de Bertie. En la década de los 1960s, los Meling promovieron la caza responsable de codornices, conejos y ciervos dentro de su propiedad, estableciendo límites y manteniendo la “carnicería ilegal e irrespetuosa” (99) en un mínimo. Fuera del rancho, tan cerca como la Mina Socorro que se encuentra a tres millas al este, Borell notó pocas protecciones a la caza: “todos matan lo que quieran, en el momento del año que deseen” (5.8.1925, 285). El Rancho, en contraste, promovió un manejo inteligente y sustentable de la tierra y de la caza fuera de los dos sistemas dominantes de manejo de tierras dentro de la región, el ejido y los sistemas de Parques Nacionales. Si alguna vez, Christian puede desarrollar su arroyo de truchas, también habrá contribuido a la viabilidad a largo plazo de un pez raro y endémico.

En la oscuridad, Devon y James buscan búhos, que convocan al usar su aplicación para iPhone de cantos de aves. Observan dos ejemplares pequeños de Tecolote del Oeste sobre el árbol de nuez pecana del rancho, aves pequeñas cuyos hoots comienzan lentamente y aumentan en velocidad y en tono: “¡woo…woo…woo..woo.woo.woo.woowoooWOOWOO!” hasta que las sílabas se siguen las unas a las otras casi sin descanso. También observamos y escuchamos murciélagos al vuelo, abalanzándose y cazando insectos nocturnos al vuelo. Disfrutamos una cerveza y una charla antes de acostarnos para leer y escribir. Esto se hace con un faro y una lámpara de aceite: el generador del Rancho Meling se apaga a las 9 pm y no se enciende de nuevo hasta las 7am.